Los seres vivos han estado tradicionalmente clasificados en dos Reinos, el Reino Animal y el Reino Vegetal. La tendencia actual es reconocer cinco "Reinos" entre los seres vivos, si bien existen nuevas clasificaciones que distinguen hasta siete reinos. Los "Hongos", englobados en otro tiempo dentro del reino Vegetal, constituyen hoy día un Reino independiente; junto a los Animales, los Vegetales, los Protistas (algas y protozoos tradicionales) y los Monera (bacterias tradicionales).
Los hongos tienen un conjunto de caracteres propios, como por ejemplo, la presencia de azúcares poco frecuentes como trealosa y manitol, la nutrición por absorción, la diversidad y complejidad de los ciclos biológicos, la desaparición de la diferenciación sexual, etc.
Sin embargo poseen similitudes estructurales con los vegetales, sobre todo a nivel celular. Se aproximan a los animales por la presencia de quitina en la pared celular y de sustancias de reserva, como el glucógeno.
Podemos definir los hongos como unos seres eucarióticos (poseen células con núcleos verdaderos); heterótrofos (necesitan encontrar el carbono en el medio dónde se encuentran); que se nutren por absorción (a diferencia de los animales que "ingieren" y de los vegetales que "asimilan" gracias a la fotosíntesis); que desarrollan un aparato vegetativo difuso, ramificado y tubular; que se reproducen por esporas no flageladas y que tienen quitina como componente de la pared celular (los vegetales tienen celulosa).
Una definición menos técnica podría ser: los hongos son organismos vivos fijos a un sustrato, que no realizan la función clorofílica, que a lo largo de su vida desarrollan unos cuerpos fructíferos llamados carpóforos o setas, en cuyo exterior o interior se forman las esporas, que al germinar van a dar lugar a la formación de nuevos individuos.
Morfológicamente, el aparato vegetativo de los hongos, que se denomina micelio, es un conjunto de células filamentosas originadas a partir de la germinación de una espora, que no forman un tejido en el sentido funcional, y por tanto tampoco forman órganos diferenciados. Estas células alargadas, filamentosas, se denominan hifas y se desarrollan dentro del sustrato en el que se alimentan o sobre él. El micelio es una especie de masa filamentosa, que rara vez podemos ver. En este estado es generalmente imposible determinar qué especie de hongo es.
Cuando las condiciones de temperatura, humedad y presencia de nutrientes, son favorables, se ponen en marcha los mecanismos de reproducción del hongo.
Podemos considerar que un hongo nace cuando una espora germina. La germinación supone el desarrollo de unos filamentos o hifas que contienen un solo núcleo, con una dotación simple de cromosomas (haploide), es lo que se denomina micelio primario. Este micelio primario se desarrolla y crece en todas las direcciones formando colonias de forma esférica que invaden el sustrato más o menos rápidamente.
Este micelio primario puede permanecer en el sustrato durante un tiempo, hasta que vuelven a presentarse condiciones favorables de humedad, temperatura y presencia de nutrientes; a veces son condiciones de stress o desfavorables las que desencadenan la reproducción. Si hablamos de la reproducción sexuada (la más frecuente en los hongos superiores) tiene que ocurrir, además de las condiciones favorables, que estén próximas dos hifas con polaridad complementaria (no se habla de sexo masculino y sexo femenino en el caso de los hongos). Entonces esas hifas con polaridad complementaria fusionan sus citoplasmas (plasmogamia), formándose hifas con dos núcleos (dicariontes); el conjunto de hifas con dos núcleos recibe el nombre de micelio secundario.
En condiciones adecuadas, este micelio secundario se desarrolla dando lugar a un carpóforo, cuerpo fructífero o seta. Los núcleos de las hifas que se han unido ahora se fusionan (cariogamia) formando un núcleo con dotación doble de cromosomas (diploide) en el que se produce la combinación genética necesaria para evitar la endogamia mediante un proceso típico de meiosis (o de división reducional) que producirá las esporas. Estas esporas (que son haploides) se formarán, en el interior de unas estructuras fértiles, llamadas ascas en el caso de los Ascomycetes, y en el exterior de unas estructuras fértiles, denominadas basidios en el caso de los Basidiomycetes.
Las esporas son liberadas al medio ambiente, transportadas por el viento, animales, el hombre, etc., caerán en un sustrato adecuado y cuando se den las circunstancias favorables germinarán en un micelio que crecerá y comenzará un nuevo ciclo biológico.
Hay que diferenciar claramente que el micelio es el aparato vegetativo del hongo y la seta es un elemento reproductor. De la misma forma que un manzano es el aparato vegetativo y las manzanas son elementos de reproducción del vegetal. En el estado de cuerpo fructífero o seta, estudiando las características macroscópicas, microscópicas, las características organolépticas, etc., sí podemos determinar qué especie de hongo es.
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